TUTOR: RAÚL PORRAS
ALUMNA: REYNA HERNÁNDEZ VÁZQUEZ
Introducción
Cuando el ser humano pobló la tierra lo único que lo diferenciaba de los animales era su raciocinio, eso le dio el poder de dominar a todos los demás seres vivos, marcando una supremacía sobre todo lo vivo y no vivo. Sin embargo, con el paso de los siglos esa capacidad de raciocinio sólo ha servido para llevarlo al borde de su propia extinción y la de los demás seres vivos. El hombre ha buscado por siglos establecer reglas que rigieran su conducta, que permitieran una interacción adecuada con su medio ambiente; Sin embargo sus reglas de convivencia sólo sirvieron para señalar un abismo de diferencia entre todos los seres humanos. Quizás aquí cabría cuestionarse en qué momento el ser humano perdió el rumbo del camino correcto para sobrevivir en este planeta, si es que lo tuvo algún día.
De ahí que el propósito de este breve trabajo sea, elaborar una reflexión sobre la ética, la comprensión humana con su entorno tanto social como natural, pero sobre todo acerca de cómo puede ayudar la educación a la formación de un ser humano respetuoso de su entorno. El trabajo tiene como base el texto de Edgar Morín (1999) “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, y el de Rojas Soriano Raúl (1992) “Formación de investigadores educativos”, a través de los cuales se pretende dar una visión sobre el problema de la comprensión ética entre los seres humanos y hacia donde nos ha conducido.
Basado en la lectura de los textos mencionados, la tesis central de este trabajo sostiene que la actual crisis de una sociedad sin valores éticos es consecuencia de ignorar la importancia, además de la enseñanza de valores desde el seno familiar.
El origen del problema: La modernización.
De acuerdo con Morín (1999) se han ignorado saberes fundamentales como: la tolerancia, la comprensión hacia los demás, la capacidad de análisis y autoanálisis, en la educación lo que ha catapultado en un rechazo e ignorancia hacia todas las culturas que comparten el orbe. A decir del autor, la comunicación está en pleno auge, la tecnología ha hecho grandes progresos en la humanidad, sin embargo a medida que más se desarrolla la tecnología, más se empobrece la comprensión entre los seres humanos. Y valdría la pena agregar que también se empobrece cada vez más la unidad familiar, pero sobretodo la integridad moral del ser humano.
Morín señala la forma en que el problema de la comprensión se ha polarizado al referirse que la modernidad ha permitido un estrecho acercamiento entre personas de diferentes razas y culturas, pero que al mismo tiempo este acercamiento ha hecho más evidente las diferencias entre los pueblos. Ante la falta de tolerancia del ser humano hacia lo diferente se ha provocado una severa problemática que surge de la ignorancia entre razas sobre sus costumbres e ideologías, Morín ejemplifica que estas diferencias han llevado a malos entendidos, celos, e incluso, agresividades. Por otro lado, habría que traslaparlo a la familia para entender el por qué se ha ido transformando en un núcleo de incomprensión. Ahora, para verlo con mayor claridad, sólo necesitamos recordar los ínfimos hechos o eventos que han desatado las grandes guerras que se han cernido sobre la humanidad. Y en un ámbito más cercano aquellos insignificantes eventos que han desatado terribles tragedias familiares y que han impactado a las diferentes sociedades.
Cuando Morín menciona que la función de las Naciones Unidas debería ser buscar los medios para unir a las diferentes razas, eliminar barreras ideológicas y culturales, impedir la dominación, la opresión y la barbarie humana, que amenazan la permanencia de la humanidad sobre la faz de la tierra al llevarla a su extinción. Es terrible darse cuenta que en estos momentos estamos más alejados de una suposición de autoridad que del inicio de una nueva guerra mundial cuando por ejemplo una ONU que debería promover los lazos de unión entre razas, sólo está para ratificar las decisiones de las potencias mundiales (Guerra de Irak). Asimismo, cabría señalar que a nivel sociedad es la escuela la que debe promover los valores adecuados para unir a los seres humanos, sin embargo la educación se encuentra a la deriva en medio de una lucha de poderes.
En el momento que Marín define el egocentrismo, como traición a si mismo, así como el pretender autojustificarse, autoglorificarse además de una enfermiza tendencia a adjudicar a los demás la causa de todos los males y convertirse en un genocida con tal de alcanzar sus propósitos personales, un claro ejemplo, es el de Adolfo Hitler, quién se convirtió en uno de los más grandes genocidas de la historia por tratar de imponer su ideología. Sólo tiene que pensarse en muchos de nuestros líderes democráticos, que gobiernan una democracia las cuáles señala Marín, está incompleta o inacabada, al no cumplir con las necesidades sociales para las que fueron creadas y que impiden la producción de conocimiento y elucidación, además de promover la ignorancia y ceguera en sus pueblos, con lo que sólo se crea una brecha entre los ciudadanos y la clase política. Por lo tanto, es necesario señalar que las democracias están en peligro de extinguirse debido a esa falta de entendimiento entre pueblo y gobernantes.
Lamentablemente este autor tiene razón. Sólo hay que voltear a ver una de las naciones más desarrolladas como lo es E. U. de América en donde la xenofobia y el racismo son altamente promovidos al grado de convertir a los estadounidenses en seres incapaces de sentir y comprender la necesidad de igualdad de otros seres humanos. Sin embargo, son esas personas que sufren discriminación, que son laceradas en su dignidad humana, marginadas dentro de la sociedad gringa, quienes en muchas ocasiones dan la cara para levantar el orgullo de los “gringos puros”. Para entender sólo cabe recordar el color de la mayoría de los atletas americanos que ponen en alto a los estadounidenses.
Ahora bien, la modernidad no se puede detener, es parte de la humanidad; pero no podemos esperar que el desarrollo tecnológico transforme a seres individualistas incapaces de relacionarse con otro ser humano. Sin embargo, la solución la propone Morín cuando habla del papel fundamental que tiene la educación, ¿en donde? En la enseñanza de los valores que permitan una comprensión entre culturas.
En completo acuerdo con el autor se deben promover otros “saberes”, no sólo científicos, es necesario que la educación evolucione a la par de los grandes descubrimientos, que se valga de los nuevos recursos tecnológicos como medio para transmitir conocimientos, no dejando que se convierta en el conocimiento en sí. Es decir la escuela debe rescatar la importancia y valía que proporciona la interacción entre seres humanos (profesor- alumno).[1] Y que una máquina no puede promover esa interacción. En ese momento se puede hablar de que hay condiciones para formar humanos con valores.
Los” saberes” de Morín.
Ahora bien, ¿Cuál es el papel de la educación?, ¿Qué se debe enseñar para educar correctamente? Morín establece que las vías de la comprensión, así como las intelectuales y éticas, son necesarias para desarrollar una comprensión intelectual y humana en todo ser humano, que lo lleve a una integración con su entorno. Es por eso que el autor menciona a la ética de la comprensión, la cuál no es otra cosa que comprender los actos humanos. De acuerdo con Morín, se debe comprender antes de condenar. Palabras que tienen mucha certeza ya que por lo general se nos olvida que estamos más cerca de los pecadores que de los santos. El autor agrega que se debe entender el complejo comportamiento humano, ya que si se logra una introspección sobre las propias debilidades, insuficiencias y carencias humanas entonces se descubre la necesidad de comprensión propia y hacia los humillados, de los que sufren y no ser indiferente ante las miserias humanas en nuestro entorno social. Justo en ese momento seremos tolerantes tal y como lo describe Morín.
Por otro lado, a nivel sociedad Morín sugiere una aculturación sobre las diferentes razas y sociedades para establecer una comunicación adecuada, lo cual sólo se puede conseguir a través de la educación. De igual forma, gracias a los avances tecnológicos, la humanidad deja de ser una noción, en tanto que la mayoría de los jóvenes está tan cerca de las diferentes culturas que sólo hace falta un clic para insertarse en ella.
Conclusiones
Hablar de ética en estos momentos, en una sociedad como la nuestra donde se eliminó la asignatura de civismo en niveles de educación básica, en una edad biológica donde los jóvenes están enfrentando una terrible crisis de personalidad, en un momento donde sus amigos son virtuales, en un momento donde el núcleo familiar se tambalea como base de la sociedad, parece ser una perdida de tiempo. Sin embargo, es necesario aferrarse a la esperanza que plantea Morín, pero además se deben empezar a tomar medidas desde ahora en los ámbitos familiares, laborales y de convivencia para lograr esa humanización que se ha convertido en una necesidad.
Es en este momento cuanto el papel del docente se vuelve fundamental al enseñar a no plagiar las obras, palabras, ideas, trabajos de otros. Pero tampoco el profesor debe hacerlo, ya que de llevarlo a cabo termina con la esperanza de cambio para la sociedad. No se puede seguir incorporando a la sociedad personas sin ética, sin comprensión, sin tolerancia hacia los demás, ya que se aceleraría el proceso de extinción. Raúl Rojas (1992) da una clara muestra de esto al hablar de una impune, pero común y corriente, práctica en los más altos niveles escolares: el plagio de trabajos, que por la falta de los valores descritos anteriormente, es fácil encontrar quién lo practica con frecuencia tomando trabajos de otros para obtener beneficios propios sin darles el crédito necesario.
Las reflexiones de Marín tocan el punto, alerta sobre la amenaza de autodestrucción a la que está expuesta la humanidad, pero sobre la cual se cierne una realidad que puede evitarlo: la educación, y la cual se hace necesario que empiece en una familia consciente de la comunicación y la comprensión sobre los hijos. Por ello, es necesario solidificar los elementos culturales de una nación. Si se busca la transformación desde la base familiar se habrá allanado parte del camino, ese humano lleva esa base a la escuela y poco a poco irá transformando permeando sus valores en los diferentes niveles de la sociedad hasta llegar a los niveles más altos. Es cierto lo que dice Marín sobre la inexistencia de una llave para el futuro, pero si existe una esperanza si empezamos por la familia y en las aulas, entonces el futuro será prometedor.
Bibliografía
Morín, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Correo de la UNESCO.
Papert, S. (1995). La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. Barcelona: Paidós
Rojas Soriano, R. (1992). Formación de investigadores educativos. México: Edit. Plaza y Valdés
[1] Papert, S. (1995). La máquina de los niños. Replantearse la educación en la era de los ordenadores. Barcelona: Paidós. (Ideas obtenidas de la lectura de este artículo)
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1 comentario:
Reyna me da gusto poder hacer un comentario en tu blog ya que no me había sido posible, coincido en la importancia que tiene la familia como primr núcleo social para formar y fomentar los valores en los hijos que llevarán a la escuela así mismo que los maestros continuen con esta formación valoral para así tener una sociedad que practique la tolerancia,el respeto a la diversidad, la libertad, etc. haciendo a un lado el egocentrismo tan nociveo que no permite aceptar a los demás tal como son.
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